Vidente

  1. Organización y entrenamiento de los Videntes.

    Concentrados en la Corte Real de Fornost desde la caída de Annúminas, los VeintiSiete Videntes del Reino Septentrional forman una muy exclusiva y casi sacrosanta organización. Su único deber es atender, usar e interpretar las visiones que se pueden contemplar en las dos Palantiri del norte.

    Los jóvenes nobles aceptados por los Videntes llevan a cabo un aprendizaje de nueve años durante el cuál nunca se les deja a asolas con una Piedra. Durante los siguientes siete años, cada joven noble es apoyado por un vidente profesor que siente una compenetración especial con el estudiante. Cualquier infracción importante de las reglas es castigada con la expulsión o la degradación.

    Tradicionalmente, los Videntes de Fornost son los consejeros de mayor confianza del rey. Las Palantiri siempre permanecerán entre las posesiones más apreciadas de Arthedain. Aunque ninguna de las dos Piedras videntes rea tan poderosa como la de Osgiliath, perdida en la Lucha entre Parientes de Gondor, pero ambas le proporcionan al rey el poder de ver lo que pasa en el reino, y qué hacen los servidores. El ejemplo más famoso es el de la profecía de la Vidente Malbeth de que Arvedui sería el último de los monarcas del Reino Norte si no conseguía reunir ambos reinos dúnedain.

    Las Palantiri.

    Tres de las siete Palantiri se hayan dentro de los límites deArthedain, uno bajo el cuidado de los elfos de Círdan en las Torres Blancas de las Colinas de la Torre, y dos en Fornost Erain. A diferencia de las joyas y las reliquias menores de los reyes pasados, las Piedras Videntes nunca son mostradas en público; pocos saben de su existencia fuera de los confines más altos de la Corte Real. Sólo los reyes y los Videntes tienen acceso a las Palantiri.

    Palantir

    Las piedras videntes están conectadas. Se comunican unas con las otras en una especie de sibilina lengua silenciosa. Las Piedras muestran imágenes visuales de escenas y actos que han ocurrido, están ocurriendo o podrían ocurrir, pero no pueden transmitir mensajes o interpretar las escenas que se muestran. De ahí la necesidad de los Videntes en la corte de los dúnedain, ya desde las épocas de la Isla de Númenor.

    Se trata de esferas perfectas de un profundo tono oscuro mientras descansan (Un observador perceptivo podría intuir que una diminuta llama parpadea en el centro de una Piedra que no es utilizada). La Piedra más pequeña mide sólo treinta centímetros de diámetro, mientras que las dos mayores, la de Osgiliath en Gondor y la de Amôn Sûl, son tan grandes que un hombre solo no puede levantarlas.

    Forma de uso. Sus polos permanentes superior e inferior deben ser colocados en línea con el centro de la Tierra para que el usuario pueda ver a través de sus superficies de visión. Las Piedras menores están incluso colocadas con una orientación fija; por ejemplo, la Palantiri de Orthanc debía ser dirigida hacia el oeste, pues de lo contrario permanecía en blanco. Aún más restrictiva es la Piedra Vidente de la Torre de Elostirion en las colinas de la Torre, que está conectada con la original Piedra Maestra, situada en la inmortal isla élfica de Eressëa, y que sólo puede mirar hacia el oeste, lejos de la Tierra Media.

    Sin embargo, las piedras videntes más importantes pueden mirar en muchos ángulos y mostrar escenas de sucesos que estén ocuriendo en cualquier dirección y a grandes distancias, si se cuenta con un capaz Vidente que las sepa manejar y las interprete. De ahí la importancia y el poder de los Videntes, de los buenos Videntes.

    No obstante, las Palantiri tienen sus limitaciones. La principal es su incapacidad para iluminar una escena. Si ese hecho tiene lugar en oscuridad, no podrá presenciarlo. Sin embargo, pueden mirar a través de las cosas sin problemas. Asímismo, las visiones no del todo determinadas suelen ser fugaces, nebulosas y azarosas, hecho que origina que la habilidad y el conocimiento de los guardianes de las piedras sean cruciales.

    Para utilizar una piedra vidente se necesitan muchos años de práctica y educación, además del don de la videncia que consiste en interpretar de forma idónea la visión.

    Aclaraciones finales.

    Según esto, y por muchas y afamadas Escuelas de Magia que hubiere por Arda, es en Fornost (y para los nobles dúnedain) la más seria y reconocida de las formas de hacerse Vidente. No es de extrañar pues que los dúnedain eran los Altos Hombres, y los guardianes de una cultura noble y mística, de una forma de vida que les hizo dominar todo el norte de Eriador. Y muchos alcanzaban a decir que los dúnedain de Arthedain eran más élficos que humanos.

    Y como también se puede ver, la magia es como todo, no es fundamental ser elfo, dúnedain o rico para ser Hechicero (sobretodo Vidente) pero sí muy importante y el DJ debe tomar cartas en este aspecto. Sabiendo por todo esto que el Vidente es una profesión elitista y restringida, al menos los videntes de Fornost.

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