La Cronomancia

  1. El Arte de la Cronomancia: la manifestación del Tobanath.

    Eru ideó un universo determinado por sus estados anteriores, para tener un mayor control sobre él; además, Eru creó un único universo, no varios. Y tampoco contempló diferentes estados cuánticos, es decir, que en la Eä concebida por Eru no existiría un Gato de Schrödinger vivo en un universo y muerto en otro (la paradoja no resuelta del problema de la medición). Así mismo, en el universo de Eru reinaría el determinismo frente al Libre albedrío, aunque las diferentes doctrinas de la Tierra Media crean en el libre albedrío frente al determinismo. Así mismo, en el universo de Eru no hay una línea temporal absoluta, sino que cada partícula tiene su propia línea temporal. Es decir, que el Tamiz de Varda capta las propiedades del Tejido de Vairë para cada partícula y por consiguiente para cada ente. Al fin y al cabo hablar de tiempo y espacio es lo mismo.

    El arte de moverse por el Espacio-Tiempo

    Realmente, el universo de Eru estaba únicamente concebido para la existencia del Vidente (que obtendría visiones más o menos fidedignas de lo que los habitantes de Arda perciben como futuro y pasado) y de una variante del mismo que posteriormente quedaría desvirtuada. Únicamente podría viajar con su mente a modo de visiones, utilizando las propiedades de los taquiones, y su efectividad no siempre sería del 100%. Pero tras la Disrupción de Melkor se sentaron unas nuevas e inquietantes bases, y se abrieron nuevas posibilidades: el Necrono sin ir más lejos, y con el Necrono: las Paradojas temporales. Y para prevenir este tipo de macrofechorías, Vairë fundó el Consejo Pantemporal allá en sus Estancias, más allá de los Muros de la Noche. En Arda se fundó el Consejo Temporal, y por consiguiente la base de los Cronomantes y de los Custodios. Y estos últimos sí pueden hacer uso de taquiones para viajar físicamente a lo largo de la línea temporal.

    El arte de viajar en el Tiempo: la Retrocausalidad.

    Aún así, se sospecha que, aún con todas estas sutilezas, el principio de causalidad sigue siendo un concepto válido de toda teoría física realista. Así, parece que la noción de que los eventos pueden ser ordenados en causas y efectos es necesaria para prevenir ciertas paradojas del mundo que conocemos. La base de la causalidad física son los procesos energéticos que están gobernados por el principio físico de la conservación de la energía. Aunque esto no es del todo cierto...

    Básicamente, la idea es que las partículas subatómicas que interactúan, o se entrelazan pueden afectar a otra sin importar la distancia en el tiempo o el espacio. Dado este entrelazado, capacidad intrínseca a la mayoría de metaMagos, implicaría retrocausalidad. Y aquí es donde entra la capacidad de volver atrás en el tiempo. En lugar de causa y efecto, el efecto llegaría antes que la causa. La explicación más sencilla y menos paradójica sería que tiene lugar algún tipo de señal o comunicación entre las dos partículas hacia atrás en el tiempo.

    La paradoja del entrelazado. El Vínculo.

    El fundamento está en el entrelazamiento cuántico, que es un fenómeno cuántico basado en que dos partículas entrelazadas, es decir, que comparten el mismo estado cuántico, mantienen su vínculo mutuo a cualquier distancia.
    Así, para viajar en el tiempo, un Cronomante crea una instancia de sí mismo. Y ambos pasan a tener el mismo estado cuántico: el mismo Vínculo en el argot de de los metamagos. El fenómeno del ‘Cronomante cruzado’ o el ‘efecto fantasmagórico a distancia’. Se dice que sus dos (o más) yos están entrelazados.
    En fin, que la Cronomagia se vale del entrelazamiento cuántico y de la retrocausalidad (taquiones) para su control del tiempo y por consiguiente del reino de poder de Vairë (y Varda): Tobanath.

    Por lo cuál, tanto el libre albedrío como la causalidad son ilusiones creadas por la correspondencia entre la consciencia y una memoria específica del flujo temporal. Así que el universo de los viajes anularía el libre albedrío y permitiría la retrocausalidad.

    Los hechiceros del Reino de Poder Tobanath: los MetaMagos

    La dinámica de esta curiosa rama de la magia es la siguiente: los Necronos tienen por misión vital traer a Melkor de vuelta a la Eä visible al igual que los Nigromantes tienen la misión de tener todo perfectamente preparado para la llegada de su Amo. Puesto que nadie duda de su regreso ya que la Última Batalla está predicha por Varda y las constelaciones del cielo. Y no podrá haber Última Batalla sin Melkor. Sin embargo, ahora nadie sabe donde está, pues el Vacío y otros lugares más allá de los Muros de la Noche no fueron suficiente para retener al vala caído. Es por ello que los Necronos como incansables Husmeadores del Tiempo lo recorren en busca de resquicios o pistas para poder traer de vuelta a su Amo. Y este devenir, esta búsqueda, no está exenta de paradojas y otras fechorías, principalmente sin intencionalidad, pues sépase que a los Necronos lo que les interesa es la vuelta de Morgoth, no enredar en el tiempo creando paradojas u otras cronofechorías porque sí. Pero, que en cualquier caso, son inevitables. De ahí la Conjetura de protección de la cronología por parte de La Fundación o Consejo Temporal, cuya última responsabilidad pertenece al Consejo Pantemporal, allá en las Estancias de Vairë. Y ahí es donde entran los Videntes, los Cronomantes y los Custodios.

    ... [Varda] y reunió muchas otras de las antiguas estrellas y las puso como signos en los cielos de Arda: Wilwarin, Telumendil, Soronúmë, Y Anarríma; y Menelmacar, con un cinturón resplandeciente que presagia que la Última Batalla se librará al final de los días.
    De la llegada de los Elfos y el cautiverio de Melkor de ‘El Silmarillion’.

    Los Videntes, entre otras funciones, pueden ver o intuir en el Futuro o en el Pasado algún mal relacionado presumiblemente con la acción o la búsqueda de algún Necrono. Y por supuesto, su misión es informar a La Fundación. Aunque sépase que los Videntes no trabajan directamente para esta, sino para las más altas esferas de las diferentes culturas de los Pueblos Libres. Aún así son los únicos capaces de intuir a los Necronos o sus fechorías.
    Avisado el Consejo, mandará a los Cronomantes para que estudien dicha región del espacio-tiempo e informen. Si el problema existe, hay algo sospechoso o que no concuerda, o detectan algún tipo de paradoja, informarán a la Fundación. Y si vieran a un Necrono o actividad extremadamente reciente o sospechosa avisarán también a los Custodios más cercanos para enfrentarse a al Necrono y neutralizarlo. Pues sépase que un Necrono es de las profesiones más peligrosas y potencialmente dañinas, y suele requerir de un Cronomante y varios Custodios para poder ser neutralizado (aunque depende las capacidades de los implicados, evidentemente).

    Cronomante

    Cazar Necronos es la principal misión de los Cronomantes y sobretodo de los Custodios, que trabajan exclusivamente para la Fundación. Hay otra rama de Cronomantes denominados cronoErrantes pues los Necronos han aprendido a burlar a los Cronomantes y se ha visto que es útil que haya Cronomantes digamos a su bola, de los que los Necronos están menos pendientes pues son menos detectables y de vez en cuando también informan a la Fundación de actividad extraña en el tejido del espacio-tiempo. La cuál no acaba de estar conforme porque aunque a veces la sirven bien, otras son causante de fechorías que tiene que acabar solucionando el Consejo Pantemporal.

    Los Custodios vendrían a ser soldados temporales, guardianes del espacio-tiempo para que el equilibrio de Eä no se vea alterado por paradojas introducidas por Necronos u otros metamagos inconscientes. Como soldados, están vinculados a la Ausencia (el reino de los no hechiceros) y por consiguiente sus poderes mágicos son limitados y sus movimientos en el tiempo reducidos. Por ello deben complementarse con Videntes, pero sobretodo con los Cronomantes, que serían como explorados o montaraces temporales (timerangers).
    El Consejo Temporal está compuesto de Cronomantes y Custodios y hacen frente a la rama Caótica del Reino de Poder Tobanath: el Necrono. Hechiceros proscritos y de dudosa moralidad que no tienen escrúpulos en crear paradojas temporales y otras fechorías para conseguir sus propios fines o los de las deidades oscuras a las que sirven.

    Así mismo, los Cronomantes o Guardianes, muchas veces suelen ser hechiceros condenados que se les perdona la pena si son lo suficientemente buenos para haber captado la atención del Consejo Temporal. Así, su pena es conmutada si desaparecen del Mundo y trabajan en rigurosísimo secreto para el Consejo Temporal.
    Parece que Fëanor era consciente de la existencia de este Consejo, aunque nunca reveló nada.

    El poderoso Elu Thingol es rey en su gloria, allá en Menegroth; y mi hermano Fingolfin lidera también a los noldor con su esplendor. Pero hay cosas que incluso los más Altos reyes eldar ignoran...’
    Extracto de los Manuscritos Perdidos de Fëanor.

    Videntes.

    Uso de taquiones a nivel espectral. Pueden visionar el pasado, el futuro y el presente (futuro muy cercano). Sus visiones del futuro son más borrosas y confusas y no tienen por qué tener una efectividad del 100%. Las del pasado y las del presente suelen ser más fidedignas. El uso de Orbes especiales, y sobretodo, de una Palantiri, hará que su trabajo y predicciones sean más fidedignas y aproximadas. Suelen trabajar en la corte de Fornost o para los dúnedain en general, así como para los reyes élficos más notables. Y en última instancia para La Fundación.

    Cronomantes.

    Uso de entrelazado cuántico y de taquiones a nivel físico, pero limitado. No pueden ver o intuir el pasado o el futuro, pero sí presenciarse allí para poder observarlo. Una vez en un punto de Pasado/Futuro podrán observarlo con todos los detalles con los que ocurrió/ocurrirá sin temor al error (salvo por acción de los Necronos: sortilegios de confusión temporal) o las propias acciones del Cronomante en cuestión. El cronomante es una de las profesiones más sacrificadas de los hechiceros y siempre deben trabajar en riguroso secreto para la Fundación y con los Videntes, en cualquier otro caso serás proscritos y serán perseguidos por otros Cronomantes o Custodios. Y sus errores se pagan caros, por lo que deben ser los hechiceros más cuidadosos que existen.

    Custodios y Necronos.

    Uso de entrelazado cuántico y de taquiones a nivel físico. Los Custodios pueden presenciarse en el pasado/futuro al igual que los cronomantes pero a distancias mucho menores, aunque no están limitados a nivel físico, o al menos sus limitaciones son mucho menores. Su responsabilidad también es enorme y su discreción debe ser máxima. Son mayormente cazadores de necronos o cronomantes proscritos y su radio de acción temporal es reducido. No así la de los necronos que vendrían a ser una mezcla de custodios, cronomantes y videntes. Y que generalmente sirven a la Oscuridad e intentan manipular el Tiempo para encontrar a Melkor, pues todos en este mundillo saben perfectamente que Melkor regresará.

    Sobre la Última Gran Batalla

    La Última Batalla está presagiada, y con ella la vuelta de Melkor: los nigromantes y lo necronos los saben. Y cada uno a su manera preparan el mundo para la llegada de su Amo y la destrucción final de Arda. Los nigromantes preparan la llegada de Melkor y todo lo referente a su adoración y al cuidado de sus ejércitos. Los Necronos son los encargados directos de 'Encontrarlo'. Y para ello deberán utilizar sus mismas artes: Agujeros Negros (GASSATHNATH) en última instancia. Su misión consiste en recorrer el Espacio-Tiempo en busca de agujeros e informaciones para que esos últimos días sean cuanto antes, pues el final de los días no está revelado a los Pueblos Libres, ni siquiera a los videntes que a partir de cierta fecha en el futuro sólo ven sombras: los Tiempos Prohibidos. Se dice que los necronos trabajan por poder rebasar la barrera de los Tiempos Prohibidos, entre otras fechorías. También tienen como misión acabar con videntes, cronomantes y custodios, que son los encargados de pararles los pies. O de llevarlos al lado oscuro, que tampoco sería la primera vez.

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