La Brujería

  1. La Brujería: la manifestación del Barasarnath.

    El BARASARNATH es también denominado el Reino de Manwë, y como tal, vincula y de algún modo ata y da coherencia entre sí al resto de Reinos. La manifestación de dicho Reino en Arda es denominado Brujería, Esencia o magia en general. Es un Reino magnífico y versátil, como buena obra del pensamiento de Manwë.
    El Aire, elemento insignia de Manwë, vincula los elementos con el Pensamiento y los Sueños, y por consiguiente con el reino de Irmo o Rennennath. Así mismo, el Aire Purificador gobierna la magia de los cuatro vientos, y la visión desde Taniquetil; y tiene que ver con la adivinación, la concentración y la magia de visualización. No en vano, su vértice espectral está ligado al Reino de Varda y Vairë o Tobanath. La Madre Tierra vincula el Barasarnath con el Hammennath o Quintaesencia, de Yavanna. El Fuego Purificador de Vàna vincula este Reino con el del Ainurnath, regido por Nàmo y Nienna. Al igual que el Agua Purificadora de Ulmo.

    Manipulación del elemento TIERRA

    Sin embargo, el BARASARNATH no sólo hace referencia a los componentes básicos de todo lo que existe, sino también a su esencia. Por ello este tipo de magia es conocida también como Esencia. Y junto al Animismo fue la primera en manifestarse, o al menos la primera en intuirse o controlarse.
    Todas las cosas están constituidas en mayor o menor medida de cuatro elementos. Y se pueden intuir, comprender y manipular. En el idioma vernáculo de los Hombres, se denominan: tierra, aire, agua y fuego. Evidentemente, sería necio ver estos cuatro elementos en términos puramente físicos. La tierra, por ejemplo, no sólo hace referencia a los pedruscos del camino, sino también al fenómeno de la terrosidad, de apoyo y estabilidad. Similarmente, el Fuego es mucho más que una mera llama. Y de sus combinaciones y propiedades surge todo. Y todo ello, además está influído por el Sol (Arien) y la Luna (Tillion).

    El elemento TIERRA.

    Manipulación del elemento AIRE

    La tierra engloba lo estable, lo sólido y lo seguro. Y la magia que de este elemento emana sirve principalmente para Crear y Proteger. La tierra es el fundamento de este Reino, la base que ata el resto de elementos, y también el punto desde el que se liga la Quintaesencia o Hammennath. Fue Aulë quien más empeño puso en esta empresa y último sustrato de su Esencia. Y de la tierra deriva el barro igual que del Mago deriva el Alquimista.

    El elemento AIRE.

    En relación con la magia, el aire es la visualización clara, ordenada y pura. También es movimiento, el ímpetu que envía la visualización hacia afuera, hacia la manifestación. Y es el elemento que gobierna a los demás, no en vano fue la obra en la que más se centró Manwë. Los hechizos que involucran al aire suelen incluir el acto de situar un objeto en el aire o dejar caer algo desde el borde de una montaña o de otro lugar elevado de manera que el objeto conecte físicamente con el elemento.

    El elemento FUEGO.

    El Fuego es el elemento del cambio, del deseo y del vigor. En cierto sentido, contiene en su interior todas las formas de magia, puesto que la magia es un proceso de cambio.
    Control del elemento FUEGO La magia del Fuego puede ser aterradora. Los resultados se manifiestan rápida y espectacularmente. No es un elemento para el temeroso. Sin embargo, es el principal y por esta razón es muy usado, y suele ser el paradigma de los Magos que suelen ser el paradigma de los hechiceros. Su magia suele involucrar energía, autoridad, destrucción y evolución. Y tiene a Vàna como última guía.

    El elemento AGUA.

    El Agua son las venas de Arda. Y Ulmo es el encargado de irrigarla. Y para las formas vivientes de Arda, el Agua es la vida y el mar es el terror. Y el agua, al igual que el fuego y la mayoría de elementos del Barasarnath, también purifica. Incluso el propio Melkor llegó a temer este Elemento. Y por consiguiente fue una de las obras de sus Hermanos que menos comprendió. Tal fue la brillantez de Ulmo y tal es su poder intrínseco.
    El agua está en todas partes e incluso los hijos de Ilúvatar están compuestos en su mayoría por Agua. Es por ello que no es un elemento a subestimar, pues permite el control sobre muchas más cosas de las que a simple vista parece. No en vano se dice que Ulmo todo lo oye y todo lo ve.

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