El Animismo

  1. El Animismo en Tierra Media: la manifestación del Hammennath.

    Cónclave de Animistas

    El animismo es una religión que ve un espíritu o una fuerza espiritual detrás de cada suceso, y considera que muchos objetos del mundo físico tienen algún significado espiritual. En la mayor parte de la Tierra Media, el animismo se mezcla con las religiones formales. Y también se relaciona mucho con Yavanna.
    La cosmovisión animista contiene tanto el mundo observado, o físico, como el no observado, o espiritual. No hay ninguna distinción marcada entre las dos realidades; lo que ocurre en una afecta a la otra.

    El mundo visible o físico consiste en lo que podemos ver, sentir y experimentar. Incluye las fuerzas de la naturaleza y los seres físicos. En el mundo visible, la tierra juega un papel destacado porque es considerada como una entidad viva, y suele ser adorada como la Madre Tierra, y reencarna la esencia de Yavanna.

    Se considera que la naturaleza está viva. Los montes, las cuevas, las montañas y los lagos suelen ser venerados como lugares sagrados. Los animales pueden ser encarnaciones de espíritus. Muchos son adorados como sagrados.

    Las plantas también contienen espíritus, y algunas son adoradas. Los bosques son considerados como lugares donde moran los espíritus. Árboles como el roble, el cedro o el fresno son adorados en Gondor. Y en muchas partes de Tierra Media existen muchos seres que supuestamente viven en lagos, bosques y cuevas (incluyen seres del subsuelo como los duendes, los gnomos y las hadas; y también espíritus mayores de naturaleza maiar).

    El mundo invisible del animismo tiene su ser en el Reino de Poder de la Naturaleza, una de las fuerzas vitales que permea todo Ëa. Este poder es impersonal y no es adorado. Este poder sagrado se concentra más fuertemente en los valar y las personas, lugares u objetos sagrados.

    El Animismo canaliza las fuerzas de la Naturaleza a través del Hammenath, cortesía de Yavanna

    También forma parte del mundo invisible Eru. Después de él hay una multitud de dioses menores que moran en regiones específicas: los valar. Después de los Señores de Arda vienen los espíritus, o maiar, que suelen morar en la naturaleza y están confinados a zonas más o menos específicas. Luego están los espíritus de los ancestros, que siguen cumpliendo un papel con los vivos.

    Las personas están atadas a su tierra. Cada comunidad tiene su propio conjunto de dioses y espíritus. Los dioses dieron al pueblo su tierra, y es ahí donde residen sus ancestros. En las batallas, las victorias y las derrotas se atribuyen al poder de los dioses territoriales.
    Finalmente, el temor juega un papel importante. En un mundo lleno de espíritus, presagios y hechizos, raramente la vida es segura. Muchos ven el mundo como un lugar hostil y peligroso, lleno de espíritus y fuerzas antagónicos a las personas. Las personas se vuelven a sus ancestros, dioses y espíritus en busca de protección.
    El animismo también comprende la obsesión con invocar la buena suerte y evitar la mala suerte tan arraigado en cada aspecto de la vida.

    Los dioses en el animismo

    La mayoría de las religiones animistas enseñan que existe un Ser Supremo, encarnado generalmente en Eru. Suele ser descrito como omnisciente, eterno, benéfico, omnipotente y justo. Él es el creador, el dador de la moral, el que castiga al que hace el mal y bendice al que hace el bien.
    Sin embargo, este ser se ha distanciado del hombre y no puede ser conocido personalmente. Dejó a los Pueblos Libres a sus propios recursos y usó a los valar y maiar para hacer su voluntad y servir como sus embajadores. Por lo tanto, la mayor parte de la adoración está dirigida a los dioses y espíritus inferiores que están en contacto directo con los humanos. Sobretodo Yavanna, Oromë, Nàmo, y otros pocos valar y maiar (de hecho, la magia más orientada a Eru la suelen ostentar los clérigos y otras profesiones, pero no los animistas o chamanes).

    El animismo sostiene la creencia de que numerosos espíritus ejercen su poder sobre lugares donde moran, como montañas, arroyos y ríos. Los espíritus nunca han habitado cuerpos humanos y, dado que pueden ser buenos o malos, deben ser apaciguados constantemente. Por ejemplo, hay tribus indígenas que piden perdón por los árboles que cortan para sus canoas, para que los espíritus de los árboles no los dañen.
    Simbología rúnica del animismo Es importante, en el animismo, la rememoración de los ancestros. El animismo enseña que las personas tienen almas inmortales. Al morir, el alma está libre para vagar cerca de la tumba, viajar a la tierra o ingresar al mundo de los espíritus. Los espíritus de los ancestros participan en las vidas cotidianas de los familiares. No ocuparse de honrarlos tiene severas consecuencias. Las almas de los que han partido que no vivieron vidas satisfactorias o murieron trágicamente se convierten en fantasmas. Los fantasmas buscan cuerpos para habitar, y suelen provocar daños.

    Hay lugares sagrados. Existen lugares de adoración sagrados para tener comunión con el mundo espiritual. Hay lugares donde se concentra el poder sagrado. Y también hay cosas sagradas. Hay toda una multitud de objetos que poseen poder y son potencialmente peligrosos. Se considera a menudo que hay piedras que poseen un poder sagrado (por ejemplo las piedras woses u hombres púkel).

    La sabiduría Druídica.

    Concedednos oh, Kementári... oh Estë... oh, Aldaron... vuestra Protección.
    y con vuestra Protección, vuestro Apoyo.
    y con vuestro Apoyo, La Fuerza.
    y con la Fuerza, La Comprensión.
    y con la Comprensión, La Ciencia.
    y con la Ciencia, La Ciencia de lo que es Justo.
    y con la Ciencia de lo que es justo, el Amor a ella.
    y Amándola, el Amor de toda cosa viva.
    y en el el Amor de toda cosa viva, El Amor de los valar y de las valier.

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