...Jodidos esclavos-musitaba mientras los veía trabajar armoniosamente en Eä-...Se piensan que están creando, pero sólo hacen lo que les dicta Eru, y de la forma en que se lo dicta. Sólo Vairë fue capaz de pensar por sí misma, y no creo que el Único vuelva a permitir un descuido así...
Así que, cansado de tanta ñoñería, Melkor apartó por fin la vista de sus Hermanos. Las cosas que hacían se le antojaban demasiado simples y repetitivas. Fue entonces cuando puso sus ojos en Eru. Tenía ideas propias que iban más allá de las concepciones de su Padre, pero tenía que observarlo primero para poder aprender directamente de él y no sólo de sus consejos. Y mientras Eru, complacido, observaba la Gran Creación de sus hijos, estaría lo suficientemente descuidado como para poder ser espiado. Y por consiguiente, copiado. Sin embargo, él solo no era capaz de reunir el valor suficiente para tamaña osadía. Así que Melkor habló con Aüle:
-Hermano, eres el que más talento tienes de todos junto a mi. Y lo sabes. ¿te vas a conformar con moldear la Tierra como un vulgar esclavo, si al fin y al cabo ha sido una idea de Manwë?...
He espiado a nuestro Padre. Y he visto algo que deja nuestras creaciones en meras memeces. Él lo llama la Llama Imperecedera, pero es simplemente un plano tridimensional que aprovecha las propiedades de Vairë y Varda para crear Vida. Y tú y yo tenemos talento para más que nuestros hermanos. Para acercarnos al Padre, y crear Vida. Lo he observado, y simplemente, lo que están haciendo nuestros Hermanos es trabajar donde Eä atraviesa ese plano tridimensional y donde es posible la Vida. Pues Arda no es más que el espacio donde Eä atraviesa ese Fuego Secreto. Y sus planes son ir más allá en su creación: No Existencia estable como somos nosotros, sino impredecible Vida... ¿imaginas todas las posibilidades que eso abre en combinación con el Tiempo de Vairë y la Materia de Varda?...
Nuestros Hermanos son sólo esclavos que le están haciendo el trabajo sucio. Preparando el terreno para sus experimentos. Además, se le va a ir de las manos a Padre, eso no tiene que decírmelo Irmo para saberlo. Y tú y yo podemos estar ahí para coger el relevo. Piénsalo. He visto los secretos de Eru, y no es invencible...
-Me confundes, amado Hermano. Pero llenas de emoción mi espíritu. No entiendo porqué debemos desobedecer a Eru, ni conspirar contra él. No comprendo ese sentimiento que parece sólo tuyo. Pero mi espíritu arde con tus ideas, y la Vida y la Creación no tendría por qué pertenecer sólo a uno. Aunque sea nuestro Padre y Todo le debamos.
-Ayúdame, te lo suplico, y compartiremos todos los secretos del Creador, y no sólo los que está dispuesto a concedernos. Si nosotros no nos ocultamos nada entre nosotros, ¿por qué él habría de hacerlo?
-Sin duda me puede más la emoción de la curiosidad que la cordura de mi juicio y la gratitud que siento por nuestro Padre. Te seguiré. Eru nos perdone. Mas no entiendo cómo vas a poder espiar a Ilúvatar sin llamar su atención...
-Mira y observa, amado Hermano...
....
Sobrecogido por contemplar los secretos de Eru, Aüle escapa dejando solo a Melkor. Y atemorizado y arrepentido se niega a volver con él para espiar a Eru a través de esos demoníacos Agujeros obra de Melkor. El resto de ocasiones Melkor volvería solo para espiar a Eru. Y aprender muchas cosas...
...Quizás podría crear un Agujero para acceder al Vacío Intemporal...
Mas nada decía de esto Melkor a Vairë, aunque sí compartía algunos de los secretos con ella, convirtiéndolos en ideas propias y fascinando a Vairë. Aunque no sólo a Vairë fascina todo esto como veremos...
Fue entonces cuando Varda empezó a sentir celos de la afinidad entre Vairë y Melkor. Ya que este último parecía dominar la Música de ambas, que era además la más compleja, y prefería a Vairë. Su idea utilizaba la música de Vairë, pero también la suya. Y era brillante e inquietante a la vez. Así que Varda sedujo a Melkor. Además, por aquellos entonces Manwë estaba muy ocupado controlando a todos los valar para desarrollar el Barasarnath y el Hammenath como para poder ocuparse de ella.
...
...
(y Varda tentó a Melkor):
-¿No quieres jugar también conmigo, amado Hermano? Yo puedo entregarte mis estrellas, la Luz y la Energía. Contempla, oh, mi más amado y admirado Hermano, lo que juntos seríamos capaces de hacer...
Y Melkor confundido contempló como su recién creado agujero negro absorbía una galaxia entera, creando un espectacular Quásar. Y realmente nunca había contemplado nada más hermoso. Así que, poco a poco, Vairë sufrió en silencio el rechazo de Melkor y buscó consuelo en su hermana Nienna, ya que Vairë no era rencorosa. Por eso se dice que el Tiempo siempre pone las cosas en su sitio. Pero nunca más quiso saber de Melkor.
...
Finalmente, Melkor fue pillado por Eru. Por primera vez, con la cabeza más en las distracciones de Varda que en sus propias maquinaciones, y en un descuido, su subconsciente fue revelado. Y fue pillado por el colérico Eru. Y ambos fueron condenados: Melkor y Varda.
Pero entonces Manwë, el hijo predilecto de Ilúvatar, intercedió ante el Único por Varda. Y Varda se arrepintió de corazón. Y renegó de Melkor y de sus agujeros negros y de sus otras horrendas creaciones y felonías. Y contó a Eru todos los espionajes de los que fue víctima y otras fechorías de Melkor. Y Melkor fue condenado al Vacío. Además, Eru sabía que Melkor no había sido el único en espiarle: detectó otra presencia examinando la mente de Melkor. Estaría en el Vacío hasta que revelara esa otra Presencia.
Y Melkor, que no era amigo de perdonar, tuvo mucho tiempo en el Vacío para lacerar su mente. Y dos ideas rondaron infinitamente su ya de por sí atormentada conciencia: ¿Por que su amada Varda renegó de él?¿era suficiente el miedo al Único para semejante traición? Es más... ¿Qué carajo significaba que su queridísimo y principal Hermano Manwë intercediera por su amada Varda antes que por él?¿Por qué no al menos por los dos?... y esa idea torturaba y atormentaba a Melkor.
El Castigo y el Fracaso le resultaban humillantes, pero eso era lo que le dolía y torturaba por encima de todo. Además, había hecho daño a Vairë, que tanto lo amaba. Y eso también le laceraba sobremanera. Así que tocó, y su Música fue nueva y estridente. Correosa y cargada de furia, mas melodiosa y encandiladora. Y de ella surgió el rencor y el odio. Y La venganza. Melkor no podía parar de Crear, y en esas condiciones tampoco podía crear nada que no saliera únicamente de sí mismo, de cómo se sentía. No como sus hermanos, que fusionaron ideas y creaciones.
...
Finalmente Melkor perdió parte de su cordura por permanecer tanto tiempo solo en el Vacío, torturándose con monstruosas visiones de Varda y Manwë. Y delató a Aüle, su primer compañero de andanzas, y el nombre que Ilúvatar buscaba. ¿Por qué iba a aguantar todo ese infierno si Aüle le había abandonado primero?
Y Eru reprendió con ira a Aüle, que profundamente arrepentido y atemorizado, accedió a destruir la obra que creara fruto de su incansable trabajo y de los inmerecidos conocimientos que de espiar a Eru consiguiera. Aunque sépase que Aüle nunca descuidó sus trabajos en Arda mientras creara a los Enanos (naugrim). Pues era de lejos el más tozudo y obcecado en sus labores. El más trabajador y laborioso. Y Eru vió el sincero arrepentimiento de Aüle, y que fue siempre así su actitud. Y en su magnánima misericordia, le perdona: los enanos vivirían. Pero tendrían que esperar. Tenía un plan ya concebido para cuando Arda estuviera completa. Sólo llegado el momento podría aparecer la sin duda osada creación de Aüle.
...
Melkor avergonzado por su traición a Aüle y depauperado por su recluimiento, vuelve a Eä. Pero pronto se olvida de Aüle al comprobar que Varda y Manwë son ahora pecadora pareja. El trabajo ya está casi terminado. Un excelente trabajo dirigido en todo momento por Manwë, que ahora dispone de mucho más tiempo para Varda.
Obnubilado por no saber a quién odiar más de los dos, Melkor pierde entonces definitivamente el juicio. Jamás perdonaría a Manwë y a Varda. Y la luz de Varda jamás estaría con el legado de Melkor. Y jura destruir por siempre la obra de su traidor Hermano. Obra hecha a la sombra de una musa que debería haber sido la suya. Y a partir de entonces donde los valar vieron Beatitud, Melkor vio Felonía...