Los Manuscritos Perdidos de Fëanor

  1. Introducción.

    La representación que hacen los eruditos y hechiceros de esta concepción invisible del mundo, pero que lo sostiene y sustenta, varía, es limitada y aún posee agujeros que no acaban de solventarse. Misterios, muchos de los cuales, intereses de terceros quieren silenciar o eliminar. No desean perder ningún tipo de coherencia ante el vulgo, porque así, perderían también poder.

    El Priorato de Loë

    Evidentemente, la explicación de la Creación y de la magia que proponen organizaciones relativamente nuevas como la Inquisición no son la misma que la que proponen las Torres de Hechicería, el ya consagrado Concilio Blanco, e incluso ciertas Congregaciones clandestinas de eruditos y hechiceros. Algunas de estas asociaciones parece que tienen teorías especialmente vanguardistas y provocadoras.

    En esta sección versará de la particular visión de la Creación y de la Historia del siempre polémico Fëanor, uno de los más egregios eruditos en estos temas como ya se habrá venido observando. Nadie mejor que él conoció la concepción del mundo aparte de los valar y los maiar. Se dice que incluso mejor que muchos maiar. Y no sólo por su talento y su casi enfermiza ansia de conocimiento y de la verdad, sino porque además de su formación en Aman, se dice que también recibió subrepticias enseñanzas del mismísimo Morgoth. Y quizás de ahí viene que el Enemigo Negro ansiara los Silmarils, y los reclamara como la parte del legado que le correspondía por sus enseñanzas. Pues parece que sin los conocimientos de Morgoth, Fëanor jamás podría haber creado dichas joyas. En cualquier caso, Morgoth nunca ayudó directamente al herrero noldo a crearlos.

    Lo que sí está bastante claro es que Fëanor nunca se vendió al Mal. Ni al Bien. Sus ideas, principios y valores estuvieron siempre claros, y para bien o para mal eran de una solidez inquebrantable. Y nunca más hubo nadie como él. Algunos dicen que su sabiduría y poder venían de haber bebido de varias fuentes. Sus detractores, sin embargo, lo achacaban a que vendiera su alma a Morgoth. Y la mayoría, lo vilipendian por su desobediencia, egocentrismo y ambición desmesurada.

    Más allá de todo ese tipo de controversias, parece que sus escritos hacen mucho hincapié en que no se podía entender el Todo sin comprender cada una de las partes. Y una parte principal de la música de Eä provenía de Melkor. Y Fëanor únicamente quería conocer el Todo. El Lado Oscuro o los valar se la sudaban. Ni siquiera creía en ellos. Y sobretodo despreciaba las mediocridades de los Pueblos Libres.

    Pros y contras: Inconsistencias de 'El Silmarillion'.

    Siempre según el Priorato de Loë, el Legado Perdido de Fëanor son simplemente una serie de manuscritos del Maestro Herrero que recogen un inventario de sus obras, tanto mágicas como de ingeniería, sus inquietudes filosóficas y vicisitudes en general, a modo de bitácora personal. Dichos documentos, no difieren mucho de lo que narra 'El Silmarillion', y por consiguiente la obra de Tolkien; sin embargo, difiere claramente en tres puntos.

    Por ello, pasaremos a enunciar únciamente esos tres controvertidos puntos del Legado de Fëanor:

    1. -Primero: las fechorías atribuidas a Melkor no parecen tales, sino que son descritas o mencionadas por Fënor como desastres naturales a lo largo de paso de edades geológicas, y a los miedos primigenios del Hombre; y no a maldades puntuales de una Entidad específica o dios.
    2. -Segundo: en dicho legado, y curiosamente, no suele mencionarse el nombre de 'valar' o 'maiar', sino que hace referencia como tales a los principales representantes de los vanyar de los Días Antiguos. Y, en cualquier caso, hay bastante confusión respeto a este punto.
    3. -Tercero: toda la ponzoña vertida sobre Fëanor y su linaje no concuerda con lo que de estos manuscritos se extrae. Es decir, de la versión del Maestro Herrero.

    Aquí nos limitareos a mostrar algunos de los fragmentos extraídos de 'El Silmarillion' y de los Manuscritos Perdidos de Fëanor que lo demuestran, y que quizás arrojen luz a más de uno. O como mínimo, que llevarán a la reflexión. En cualquier caso... ¡la polémica está servida!

    Estudiando los Manuscritos de los Días Antiguos hemos encontrado demasiadas analogías entre los desastres naturales y las fechorías atribuidas a Melkor. Así como todos los miedos del Hombre. Muy diferente de las fechorías de Sauron en los Días Venideros, donde sí se ve una conciencia y un raciocinio en los Hechos, los Planes y la Ejecución.
    Extraído de los Manuscritos secretos del Priorato de Loë.

    Algunos extractos de lo que se relata en 'El Silmarillion' que dan a entender el origen natural de los desastres en Arda, frente a la idea de la maldad nihilista desmesurada y sin sentido de Melkor:

    Y construyeron tierras y Melkor las destruyó; cavaron valles y Melkor los levantó; tallaron montañas y Melkor las derribó; ahondaron maros y Melkor los derramó; y nada podía conservarse en paz ni desarrollarse...
    El Silmarillion (El Ainulindalë sobre las acciones de Melkor).

    ... [Melkor]... derribó los pilares y quebró las lámparas... y cuando las lámparas se derramaron unas llamas destructoras avanzaron por la Tierra. Y la forma de Arda y la simetría de las aguas y tierras quedaron entonces dañadas...
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    La Muerte es su Destino [de los Hombres], el don de Ilúvatar... pero Melkor ha arrojado su sombra sobre ella, y la ha confundido con las tinieblas, y ha hecho brotar el mal del bien, y el miedo de la esperanza.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    Y en las tinieblas vivía Melkor y aún andaba con frecuencia por el mundo, en múltiples formas poderosas y aterradoras, y esgrimía el frío y el fuego, desde las cumbres de las montañas a los profundos hornos que están debajo; y cualquier cosa que fuese cruel o violenta o mortal era en esos días obra de Melkor.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    Como puede observarse, hace referencia a la oscuridad de la noche o de las profundas gargantas o fondos abisales, así como el gélido frío de las cumbres montañosas o el calor de las entrñas de la Tierra (magma). Cosas, claramente naturales, y que aunque miedos del Hombre no tienen que ver con una deidad maliciosa sino con la propia 'idiosincrasia' de la naturaleza. Parece una obsesión de los Vanyar por limpiar el nombre de su ficticia deidad, Eru, para obrar a su placer y poder explicar las cosas malas, pasándole el muerto de las mismas a Melkor en vez de a Eru, que supuestamente 'Creó todo'.

    Debe quedar claro que, aunque desde aquí no vamos a hacer lo mismo, los Manuscritos de Fëanor mencionan siempre a los valar como constelaciones, y no como deidades como lo hace el Silmarillion de los Vanyar. Así mismo, presentan datos confusos e inconexos entre los valar, los maiar y los vanyar, de tal manera que muchas veces no se sabe si habla de las mismas personas o son razas o entidades diferentes. Es decir, que no había tales dioses, sino que eran hechos de los vanyar y que no se sabe si con intencionalidad o simplemente con el Tiempo, sus principales representantes acabaron personificándose en deidades. Debido al mal estado de los manuscritos, lo manipulados que puedan estar al haber ido pasando de manos con las edades y a los fragmentos perdidos o que hayan podido transcribirse o interpretarse incorrectamente, poco más podemos hacer para acceder a la verdad más allá de lo que enunciaremos en este apartado.

    Algunos extractos de lo que se relata en 'El Silmarillion' que podrían dar a entender que los valar, más que dioses pudieran ser criaturas antropoides especiales, es decir, elfos vanyar:

    Y se canta que en la Primavera de Arda, Tulkas desposó a Nessa, la hermana de Oromë, y ella bailó ante los Valar sobre la hierba verde de Almaren.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    Así llegó a su fin la Primavera de Arda. La Morada de los Valar en Almaren quedó por completo destruida... Por tanto abandonaron la Tierra Media y fueron a la tierra de Aman, el más occidental de todos los territorios sobre el filo del mundo; pues las costas occidentales miraban al Mar Exterior, que los elfos llamaban Ekkaia, y que circunda el reino de Arda. Cuán ancho es ese mar sólo los valar lo saben; y más allá de él se encuentran los Muros de la Noche...
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    Detrás de los Muros de las Pelóri, los valar se establecieron en esa región que llamaban Valinor; y allí tenían casas, jardines y torres... y en medio de la llanura de más allá de los montes edificaron su ciudad, Varmar, la de muchas campanas.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    El vestido de Manwë es azul, y azul el fuego de sus ojos, y su cetro es de zafiro, que los Noldor labraron para él; y fue designado para ser el vice-regente de Ilúvatar, Rey del Mundo de los Valar y los Elfos y los Hombres, y principal defensa contra el mal de Melkor.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    Y Oromë, domador de bestias, también cabalgaba de vez en cuando por la oscuridad de los bosques; llegaba como un poderoso cazador, con el arco y las flechas, persiguiendo a muerte a los monstruos y criaturas salvajes del reino de Melkor.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    En verdad los Ainur tuvieron trato sobre todo con los Elfos, porque Ilúvatar los hizo más semejantes en naturaleza a los Ainur.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

    ... pues les parece a los Elfos que los Hombres se asemejan a Melkor más a que ningún otro Ainur, aunque él los ha temido y los ha odiado siempre.
    El Silmarillion (El Quenta Silmarillion sobre el Principio de los Días).

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