Manipulación de la magia

El arte de la Gestualidad.

En este contexto vamos a englobar una parte muy especial de la Kinésica. Cuando hablamos de Kinesia nos estamos refiriendo a la capacidad de efectuar comunicación mediante gestos u otros movimientos corporales; incluyendo la expresión facial, movimiento ocular y la postura entre otros.

Cada nivel en la Traza de un sortilegio va acompañado de todo un esquema de movimientos corporales, de esta forma cuando el hechicero pasa de una fase a otra o de un sortilegio a otro, también cambia su movimiento corporal. Donde los ojos, pero sobre todo las manos, tienen la máxima responsabilidad.

Observar la gestualidad de un hechicero es todo un arte, imperceptible para la mayoría de los individuos, pero no para otros hechiceros, o al menos para los más despiertos. Es decir, que la kinésica de un hechicero podría pasar desapercibida para los no usuarios de la magia, pero lo tendría más difícil ante otro hechicero.

En la Tierra Media de Rolemaster, un hechicero debe conocer y dominar el arte de los 48 modos de gestualidad. Las 48 posiciones básicas de las manos (y en menor medida de los brazos) así como sus combinaciones. Así mismo, debe dominar el arte de la sincronización de dichos gestos con la mirada, y si se da el caso, con otros movimientos de tipo postural. Por ello que un hechicero debe ser ágil y flexible. O al menos todo lo que le sea posible.

Evidentemente, en una partida de rol, no se exige que un jugador conozca este tipo de movimientos. Para eso hay habilidades del hechicero como Capacidad de aprendizaje o Gestualidad que harán referencia a la capacidad del hechicero, y por consiguiente del jugador de rol, para realizar este tipo de sortilegios. Análogamente ocurre con la habilidad Lírica.

Las hembras son en general más flexibles que los machos, y por consiguiente, el master es libre de aplicar un bonificador +5 extra en Gestualidad a las féminas.

El arte de la Lírica.

La lírica hace referencia al uso de la voz en relación con la sensibilidad auditiva. Así pues, se aprende a salmodiar o cantar imponiéndose una gimnasia vocal particular, controlando los músculos que intervienen en la producción de los sonidos, la respiración, etc. Ese aprendizaje puede hacerse mediante adiestramiento acústico o tónico en una escuela de hechicería. Y desde luego, no precisa cantar igual un mago que a un bardo. La habilidad Lírica del mago puede ser mucho más trivial que la del bardo. No así el timbre de voz.

La clasificación de la voz se hace en función de los límites entre los que una voz se mueve sin dificultad (es lo que se llama tesitura), de las calidades de timbre (el registro) y otras cualidades más específicas. Debe destacarse que el timbre en los eldar alcanza las alturas de belleza o de poder con mucha mayor facilidad que un Hombre o cualquier otra raza. No debe olvidarse que los elfos ueron el primer pueblo de Arda en hablar mediante la voz, y ninguna criatura terrena cantó antes que ellos. Con justicia se llamaban quendi, (‘los parlantes’), pues ellos fueron los maestros de las palabras. Y de entre los eldar, las habilidades de los vanyar no tienen parangón, excepto quizás en los Teleri (sindar) a quienes enseñó a cantar Ossë.

Las cualidades de una buena voz.

Calidad: Una voz hermosa, es una gracia de la naturaleza, aunque puede corregirse en gran parte mediante educación.

Alcance: El alcance de una voz no es lo mismo que la sonoridad o la fuerza, son cosas diferentes; Hay voces fuertes que no llegan lejos, mientras que hay débiles que si lo consiguen.

Claridad: Una buena voz debe ser clara, esto es perfectamente perceptible. Deben escucharse todas y cada una de las palabras, aún las de tono bajo y de menor intensidad. Esto requiere que se articulen perfectamente todos los sonidos, con las diferencias naturales que existen entre ellos, para evitar confusiones.

Pureza: La claridad tiene relación con la pureza de la voz. Una buena voz debe ser pura, en el sentido de no estar viciada por defectos del aparato vocal o fallas de articulación y fonación.

Resistencia: Hace referencia a la voz durable y resistente.

Flexibilidad: La última cualidad de la voz es la flexibilidad o sea la capacidad que debe tener de variar el tono, la intensidad, el alcance, la velocidad, la entonación y las pausas, para darle una fisonomía variable y atrayente. Evidentemente, esta característica no es conveniente para las salmodias.

Otras: registros, volumen, extensión, timbre, tesitura, potencia, agilidad y firmeza; agudos y graves; resolución de agilidades.